miércoles, 16 de marzo de 2011

El día que Garibaldi viajó 150 años en el tiempo

Hace exactamente 149 años y 364 días Vittorio Emanuele di Savoia se encontraba en Torino y era nombrado rey de Italia. Reinaría bajo el nombre de Vittorio Emanuele II. En ese momento se convertía en el máximo regidor de un territorio que no tenía esta extensión desde los tiempos de Augusto incluyendo terrenos de la actual Francia.

Entonces Giuseppe Garibaldi se encontraba ya en la Isla de Caprera, en Cerdeña, donde saboreaba las mieles del éxito conseguido con la conquista para el soberano italiano del Reino de las Dos Sicilias a Francisco II de Borbón para así culminar la Unidad de Italia. Su intención inicial era lanzarse sobre Roma, todavía en poder papal pero Camilo Benso, Conde de Cavour, y el propio rey le disuadieron de ello. Así que se retiró a territorio sardo a pensar en futuras empresas y a pasear observando la naturaleza.

En uno de estos paseos por el Monte Teialone vio un agujero junto a un árbol llamativo y se asomó. En ese momento una fuerza le atrapó y cayó en él dando tumbos en la oscuridad.

Cuando despertó se encontraba en un lugar diferente. Era una calle amplia, con edifciios altísimos y unos elementos muy rápidos circulando por ella. Comenzó a caminar y siguió a unos jóvenes que hablaban en español. Era un idioma que entendía tras su Expedición de los Mil en tierras de pasado castellano como Campania y Sicilia.

- Mira, esto es una puta mierda. Nunca funcionan las sondas. Estoy hasta los huevos. - se decían entre ellos.

Se acercó por detrás y se dispuso a hablarles. Ellos se asustaron al ver su aspecto barbudo y desgarbado. Incluso a uno de ellos se le escapó un "¿y este viejo?".

- Perdonarme, ¿qué os ocurre?

Se miraron extrañados. ¿Por qué se interesaría por ellos este hombre con esas pintas?

- Pues venimos de la uni, el Politecnico di Bari, y como allí no hay un duro para nada pues no podemos seguir con nuestras medidas.

- ¿Pero debería pagar eso Italia?

- Claro. - respondieron con acento palentino. Y Giuseppe Garibaldi se preguntaba a si mismo si eso estaba bien por parte del país

Bari. Conocía aquel lugar. Estaba al este, en Puglia. Bajando por aquella calle, que según leyó se llamaba Via Giovanni Amendola, comprendió todo. En la placa de la calle ponía 1882-1926. ¡Había viajado en el tiempo! Se acercó a un pequeño edificio rodeado de prensa y hojeó lo que estaba a mano. En la fecha se leía 16 de marzo de 2011 y el la cabecera "La Repubblica". ¡Una república! ¿Y el Reino que yo ayudé a crear?

Con una sorprendente habilidad robó un ejemplar y siguió calle abajo hasta alcanzar el paseo marítimo y allí se sentó en un banco a leerlo. "Berlusconi, Presidente del Consejo de Ministros y acusado de prostitución de menores dice: Incluso para mi serían demasiadas 33 mujeres". ¡Pero qué vergüenza es esta! No entregué el poder a Vittorio Emanuele para que sus sucesores hiciesen estas cosas. En cuanto vuelva a 1861...

Caminó siguiendo la linea de la costa hacia la zona más habitada que veía. Había varias iglesias y entró en una. Necesitaba tranquilidad y aclararse. Cuando salió del templo sintió hambre y comenzó a vagar por la ciudad. Tras salir del Casco Antiguo vio que a Vittorio Emanuele II le habían dedicado una importante calle. Siguió por ella y llegó a un lugar ajardinando. ¡Piazza Garibaldi! El hombre no cabía en si de gozo. Esto demostraba que su "invento" había gustado y que la historia italiana tenía un sitio para él. En una esquina vio un lugar llamado "paninoteca". Entró y pidió algo de la vitrina señalándolo al no conocer el nombre.

- ¿Cuántas liras de plata son?

El hombre del mostrador miró con extrañeza las monedas que llevaba en la mano. Vio la fecha, le arrebató tres y le hizo un gesto de aprobación. Giuseppe salió del establecimiento satisfecho por haber conseguido comida por, lo que él consideraba, poco dinero.

La gente le observaba. Sería porque la barba poblada ya no se llevaba. En cambio la mayoría de los hombres estaban totalmente afeitados o lucían ridículas patillas. Por no hablar de los que lucían peinados estrambóticos. ¿Y la ropa? ¡Pero si parece que esta gente de Bari lleva chalecos salvavidas? ¿Y esas cosas de pelo en las capuchas? Qué horror. Se creerán guapos en Bari.

Atravesó una gran zona diseñada en cuadrícula y preguntó cómo volver a la Via Giovanni Amendola, intentando encontrar el agujero de vuelta a su Cerdeña. Por el camino volvió a crear algunos problemas de tráfico y llegó a un paso a nivel ferroviario. Conocía este medio de transporte pero no se imaginaba la velocidad que alcanzaba en 2011. Tras 15 minutos de interminable espera la barrera se levantó y pudo cruzar. "La gente ha saltado la barrera. ¿Pero es que no tienen educación?" comentó con el encargado de la manivela. "Si yo le contara..." - conetstó este.

Llegó de nuevo al agujero por el que había aparecido en un callejón cercano a algo llamado MD Discount. Se dejó caer y poco después estaba junto al árbol que tanto le había llamado la atención. Algo magullado caminó a su casa. Nadie le esperaba. Tomó una sopa y reflexionó. ¿Mereció la pena tanto esfuerzo por unir a los italianos?

- Seguramente sí. Dentro de 150 solo faltará pulir algunas cosas siendo optimista. Pero merecerá la pena. Seguro. - se dijo en voz alta.

¡150 AÑOS NO SE CUMPLEN TODOS LOS DÍAS! ¡FELICIDADES ITALIA! TANTI AUGURI ITALIA!


Jau, a las 14:57 horas del miércoles, 16 de marzo de 2011.
Escuchando "RadioNorba, la radio del sud".