miércoles, 13 de abril de 2011

El día que casi salimos por la tele italiana

Otra cosa no sé pero tanto mis compañeros como yo damos la cara los que mejor. Y nos gusta hacerlo siempre antes de un viaje para que Torresi no nos dé el coñazo cuando estamos en Kos, Meteora o Siena. Por eso propusimos una quedada para mostrar resultados en su despacho esta semana.

El caso es que, como acostumbra, contestó rápidamente. Nos citaba para hoy a la mañana pronto en su despacho ya que después iba a necesitar de nuestra ayuda para poner en marcha el chisme para hacer una demostración. Hablamos entre nosotros y llegamos a la conclusión de que serían algunos alumnos "pringaos" a los que querrían encasquetar cualquier tipo de medición en el túnel de viento.

El caso es que llegamos a la mañana al taller y todo allí era muy raro. Acostumbra a ser la Casa de Tócame Roque. La viruta del torno por el suelo, polvo por todas partes, la mesa junto a la cámara de pruebas llena de trastos la mayoría de ellos inservibles, sillas desvencijadas, ... Pero no. Todo estaba relativamente limpio. Sobre la mesa solo había una turbina Darrieus que habitualmente se encuentra en el suelo. Los restos de metal que saltan del torno o de la limadora no se encontraban tampoco en el piso. Habían desaparecido. Y la escoba, elemento que siempre está detrás del ordenador que controla todo había cambiado de sitio lo que a ojos de cualquier observador significa que ha sido usada.

- Tutto pulito, eh? (Todo limpio) - nos suelta Vito nada más llegar.
- Sí, sembra strano, ma tutto è pulito; bello. (Sí, parece raro, pero todo está limpio, bonito) - respondemos nosotros con cara de sorpresa.

Mientras subimos las escaleras comentamos que de estudiantes nada; que esto tiene una pinta increíble de que viene alguien que ha puesto dinero en el Departamento de Mecánica. Algún mecenas, la Banca Popolare di Bari, la CAN, yo qué sé. Vaya, que no podemos cagarla esta vez. No podemos romper nada. No se puede joder la sonda. No se puede acelerar la turbina como loca.

Y llegamos al despacho de Torresi.

- Avanti ragazzi, sedete. (Adelante chicos, sentaros).

Nos sentamos y nos dice que vemos los resultados, los comentamos y luego necesitará nuestra ayuda un poco.

- Fra poco, alle undici e mezza, viene la RAI a fare un video della università e voglio fare una dimostrazione con voi della galleria del vento perche siete stranieri... (Dentro de poco, a las once y media, viene la RAI (radiotelevisión píblica italiana) a hacer un video de la universidad y quiero hacer una demostración con vosotros del túnel de viento porque sois extranjeros...)

Tócate los cojones, Mariloles. O sea, que lo mejor que pueden mostrar al mundo son el túnel de viento que funciona 1 de cada 17 veces y tres españoles. Ole sus huevos. Y con la camarita grabando cada cagada. Y yo con estos pelos.

- ¿Pero tenemos que hacer todo el proceso de medida delante de la cámara? Encendido, calibración, medida, ...

- No, no, con que se vea que se mueve, que el ventilador mete ruido y que el ordenador muestra datos vale.

Bajamos al taller de nuevo a prepararlo todo. A poner la sonda buena, a hacer un par de pruebas y ver que todo está en su sitio. Pero no; no todo está en su sitio. Para empezar no hay ratón en el ordenador y hay botones encendidos que no deberían estarlo. Al tiempo encontramos el ratón en la parte de atrás del ordenador y llegamos a la conclusión que el afán limpiador de Vito y Michele ha desplazado todo. Ratón y botones. Ponemos todo en función. Sonda, ventilador, turbina, ordenador. Nada se ha roto. Nada hemos roto. El ordenador toma datos perfectamente. Ahora solo queda esperar media hora.

Media hora, claro. Se supone. Porque no olvides que estás en Italia. En la Italia meridional. En esa zona del mundo donde las once y media es la hora del café. Del café solo para más señas. Donde un taller de una universidad se puede llenar de amiguetes de los trabajadores que van a tomarlo. La idea está clara. Si es que vienen no va a ser a las once y media.

Efectivamente el tiempo pasa sin ver una cámara o una periodista. Y digo una periodista porque si es de la RAI lo más probable es que sea mujer. Y rubia. Y podría dar algún dato de su medida pectoral pero me lo ahorro no vaya a pecar por lo bajo. Y que quede claro que no es machismo ni nada de eso. Es simple estadística de todas las veces que he visto RAI Uno y RAI Due.

Once y media, doce menos cuarto, doce, doce y cuarto, doce y media. El taller se vacía. Empieza a llover. En ese momento recuerdo que he escondido el carro en un rincón para que no haga mal efecto ante la cámara. Pero a la una y media cierra el MD Discount y tengo que hacer la compra. La gracia de la RAI ya no me hace tanta. No tengo ni aceite en casa. Y no quiero cocinar con cerveza. Por ahora no.

Vamos al despacho de Torresi para saber si nos podemos ir a casa. No está. Hablamos con Giuseppe y nos dice que están de camino. Al cabo de unos minutos aparece la plana mayor del Departamento de Mecánica. Ven otras zonas del taller. Y llegan a nosotros. No hay cámara por ninguna parte. La periodista resulta ser un tipo con papeles en la mano, un casco de moto con un dibujo de Los Simpson en el brazo y una mochila de Ducati. Nos presentan como "los españoles que trabajan con el túnel" y nos hacen encenderlo. ¿Os habéis quedado con que no había cámara verdad? Pues eso. Que el tío miraba la turbina Savonius como las vacas miran al tren. Nos hacen darle velocidad al ventilador para que meta ruido. ¡Pero si no hay ningún micrófono que lo grabe!

La conversación entre el "ducatista" (así le ha llamado Giuseppe mientras buscaba con la mirada su moto en la calle) y los gerifaltes departamentales circula entre la energía microeólica y la microfotovoltáica con pequeños acercamientos a la solar térmica. El tío no tenía ni idea.

- ¿Puede abastecerse una familia con energía microeólica? - pregunta el "ducatista".
- Si sopla el viento y consumen poco sí, si no... a soplar. - contesta el jefazo, paradigma de chistoso barese.

Ahí acaba nuestro paseo por los medios. Es la una y pico. Todo lo que hemos hecho ha sido acelerar la turbina ante un tipo al que le daba igual. Y llueve. Y tengo que ir al MD. Por suerte allí el "Gordito cachondo", dependiente del supermercado, nos saludo con su tradicional "Spagna!" y nos mete prisa porque están cerrando. Y acabo comprando copas de chocolate y pizzas congeladas otra vez en vez de caviar y Moët & Chandon.

El día que pensé que saltaba a la fama. Copas de chocolate y pizzas.


Jau, a las 15:30 horas del miércoles, 13 de abril de 2011.
Escuchando "Naked" de Avril Lavigne.

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