martes, 21 de diciembre de 2010

Le he dicho a mi padre "ou" y otras lindezas

14:20 horas del lunes. La cocina de mi casa. Me sirvo un plato de lentejas y me dirijo con él a la mesa. A mi derecha mi padre se dirige del frigorífico a la vitrocerámica. Me golpea involuntariamente en el brazo, no se derrama el contenido y solo acierto a decir: "ou". Ramalazo barese por un momento. Mi padre me mira con cara extraña. ¿Qué es "ou"? Nada, padre, un sonido barese que se me ha pegado.

Salgo a la tarde a la calle y busco con la mirada ese coche que tanto me gusta. No lo veo. ¿Dónde está el Lancia Delta que me enamora y que algún día me compraré? Veo varios Seat León y algún C2 pero... ¿dónde está el Delta? O en su defecto un Cinquecento... ¡Solo veo Renoles y Peyots! ¿Dónde está la elegancia?

Joder, relájate, has vuelto de Bari. Desconecta, come txistorra, ..., txistorra, compra txistorra que esta noche caen unos huevos fritos. Ahí hay un supermercado, ..., PIIIIIIIIIIIIIIIII, no, no puedes cruzar por donde quieras. Aquí los pasos de cebra y los semáforos tienen un significado. A ver, txistorra, ahí, cómo me voy a poner, ¿y la pasta cuánto valdrá? Coooño, el doble que allí, ¿y la cerveza?, también más cara. Yogures más caros, salchichas más caras, fruta más cara, ¡¡¡pero esto qué es!!! Ahora me acuerdo, Pamplona.

Has quedado en un bar. De los de verdad. Música en condiciones, el camarero te saluda por tu nombre, Jau, al fondo están tus amigos, te preguntan por tus novedades italianas, por lo de siempre, por lo nunca te habían preguntado, ..., ya en la barra pides a Fernando "due Peroni e uscita*". Que no Jau, regresa del todo, ¿pinta de Guinness para variar? No, que he donado sangre, ponme una Coca-Cola pero que no se entere nadie. Cuentas las batallas que repetirás mil y una veces a lo largo de estas Navidades y te despides. Toca cenar en Burlada.

Vuelta pa'casa. ¡Pumba! Golpe con el hombro. ¡Mira por donde vas!, te espeta un tipo. Disculpe es que..., cállate anda, que si le dices que ibas mirando al suelo para evitar las deposiciones caninas (qué fino) se va a quedar flipado. Aquí la gente las recoge.

Llega el autobús y la gente se arremolina en la puerta delantera. Pringaos, yo por detrás que seguro que me siento. Esperas unos segundos y la puerta no se abre. Bobo. Aquí se entra por la delantera. Ya en casa vacías los bolsillos y salen de ellos varios recibos de las compras que has hecho. Maldita manía de coger el ticket siempre cuando no vale para nada.

Hala, venga, cena y vete a la cama. A ese colchón que tanto has añorado. Domani sarà un'altro giorno.

* Lo de "uscita" (salida en italiano) se debe a que en muchos locales italianos no debes comprar entrada sino pagar a la salida una cantidad determinada si has consumido algo y otra si no lo has hecho. Normalmente en la caja, porque no se le paga al camarero nada, se pide la bebida y un papelico que atestigua que has consumido para salir; la "uscita". Cosas raras.


Jau, a las 13:54 horas del miércoles, 22 de diciembre de 2010.
Escuchando "Valiente" de Vetusta Morla.

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