lunes, 13 de septiembre de 2010

Ahí te he dejado, Madrid

Las 4 de la tarde en Roma es buena hora para meterse a un café de esos en los que pone "free wifi" para repasar un poco lo que has hecho. Porque a estas hora Roma sólo es para turistas. Unos de tez blanca y lenguaje de Shakespeare que se abrasan pero no pueden irse sin pagar un dineral por un helado en Piazza Navona y otros más morenos y gritones, de habla cervantina y que no pagan por entrar al Anfiteatro Flavio (Colosseo) porque para ver ruinas...

Yo ya me he pasado por el Colosseo, llamado así por la "colosal" estatua de Nerón que había en tiempos. He llamado a casa (estoy bien y todo eso) desde ahí y he seguido mi ruta pero la he interrumpido enseguida en un McDonald's. Sí, habéis leído bien: Mc-do-nald's. ¿Podría haber comido tagliatelle o calzone? Sí pero tengo todo el año para eso y me apetecía un McMenú en la azotea de un edificio junto a la Fontana di Trevi. Es lo que tiene ir a Madrid, darlo todo y no ingerir mucho en domingo. Porque lo que está claro es que lo hemos dado todo. Jamás pensé que Malasaña estuviese tan lejos de Ronda de Atocha. Quizá la hora aumentaba la distancia. Y es que todo empezó muy pronto, a la hora de comer, en casa de Troyas y acabó muy tarde previo paso por el Bernabéu con derrota incluída y media docena de bares.

Ahí te has quedado, Madrid. Me he despedido de ti en Barajas, pagando 6'90 por un zumo y un trozo de tarta de manzana. Y me quedo con toda la gente que me ha acompañado. Repetiremos, seguro.


Jau, a las 16:02 horas del lunes, 13 de septiembre de 2010.

Escuchando "Te dejo, Madrid" de Shakira.

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