martes, 28 de septiembre de 2010

Gente

Viajar solo mola. Pero llega un momento en que necesitas a alguien. Uno de esos momentos puede ser cuando estás en un McDonald’s aprovechando la conexión gratuita a Internet y no sabes por donde empezar para encontrar una morada. Y entonces decides colgar tu nuevo número de teléfono en una red social para que algún buen samaritano te eche un cable. Por un segundo piensas en todo eso de la privacidad, de que Facebook es maligno y de que cada vez estamos más controlados pero al siguiente estás dándole con el ratón a “Enviar”.

A los pocos minutos se produce el milagro. El móvil vibra y se enciende la pantalla. La conversación es indecisa y sin orden ni cohesión. “Oye, hola, sí, mira que estoy en Piazza Umberto, ya, bueno, buscas piso, ¿quedamos?, me llamo Ángel, en diez minutos, sí, ciao.”

Llegas con Iñaki a Piazza Umberto. Te das una vuelta haciéndote el italiano cuando se ve perfectamente que estás desorientado y localizas a tres personas con un aspecto parecido al tuyo. Charlas un rato, te informan que tienes que comprarte un periódico y comienzas tu búsqueda. Y, al rato, cansado de recorrer una ciudad desconocida vuelves a llamar a Ángel, para compartir una Peroni. En donde quedes que seguramente será la Piazza delle Ferrarese aparecerán también Mónica y Alejandro. Ellos te presentarán a Jaime, las chicas de marketing, Miriam, Sandra, Dani, ...

Con los días aumenta el grupo y agradeces que lleguen extranjeros y es que no he venido hasta aquí para moverme entre Ciudad Real, Jaén y Oviedo. Una checa Agata) y una polaca (Ola), algunos baresi, nos obligan a practicar el idioma. Y de paso nos corrigen los errores que a estas alturas son la mayoría. Porque aunque no lo creáis, con lo similar que es el italiano al español, los que no lo hablamos somos nosotros.

De Peroni a Peroni, y tiro porque me toca te encuentras un día entre semana con esta gente en Polignano a Mare saltando de un acantilado o dos días después en el Stadio San Nicola viendo el Bari – Brescia. Viene gente nueva, sí, saludas y te presentas (Soy Jau, ¿cómo?, Jau de Jaurrieta, Jau de qué, de Jaurrieta, ¿y tu nombre real?, José María, ¿cómo Aznar?, sí, pero sólo me llama así mi padre cuando está de mala virgen, …) pero acabas volviendo a tu grupo. Ahí hay bromas, vaciles, …

Y un día, cuando tomes el vuelo definitivo de vuelta recordarás aquella voz que, estando en el 2º piso del McDonald’s, te ofreció un poco de luz.


Jau, a las 19:15 horas del martes, 28 de septiembre de 2010.

Escuchando “Un’estate italiana” de Gianna Nannini y Edoardo Bennato.

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